¡Vaya lío en el que se han metido Anabel y David! Lo que empezó como un simple ingreso hospitalario ha estallado en un escándalo mediático de proporciones épicas.La pequeña Alma, su hija, fue atendida el 11 de enero en el Hospital materno Infantil de Gran Canaria, y desde entonces, la situación ha sido un verdadero torbellino.
La justicia no se ha quedado de brazos cruzados. El Juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas ha abierto una investigación para esclarecer lo sucedido. Se les está investigando por un posible delito de maltrato infantil, algo muy serio.
Aunque el juez aún no ha tomado medidas cautelares, hay dos delitos potenciales sobre la mesa: el primero es lesiones según el artículo 147 del Código Penal, agravado por ser una menor (artículo 148), además del artículo 149; y el segundo es lesiones imprudentes graves bajo el artículo 152.
Mientras tanto, Anabel y David han decidido salir a dar su versión. ¡Y ojo! No será gratis. Según Belén Esteban —la famosa “princesa del pueblo”— la pareja planea cobrar por contar su historia. Ella misma afirmó: “Cuando esto acabe, hablarán cobrando”. Y añadió que si lo hacen así, habrá muchas preguntas sobre sus intenciones.
No tardaron en llegar las críticas; muchos consideran que monetizar esta tragedia es poco ético y pone en juego su imagen pública.
El juicio social ya está aquí
Las redes sociales están al rojo vivo con este tema. Hay opiniones encontradas: algunos defienden su derecho a expresarse mientras otros los acusan de aprovecharse del dolor ajeno.
A medida que los rumores crecen, también lo hace la desconfianza hacia los padres. La falta de explicaciones claras solo alimenta más sospechas entre la gente.
Aunque la investigación sigue avanzando con cada prueba analizada por el juez, ya parece que la opinión pública tiene claro qué piensa al respecto.
Anabel intenta volver a una rutina normal; incluso se ha reincorporado a las redes sociales mientras David regresa al trabajo. Pero nada parece igual después de todo este revuelo.
Sus familias también han tenido que regresar a sus hogares tras ofrecer apoyo inicial; ahora enfrentan una incertidumbre palpable sobre lo ocurrido.
La entrevista prometida podría ser decisiva: podría ayudarles a limpiar su imagen o hundirla aún más dependiendo de cómo manejen las cosas ante las cámaras.
El escándalo sigue vivo y hay muchas preguntas sin respuesta todavía. Al final del día, será la justicia quien decida qué pasará con Anabel y David mientras todos nosotros estamos atentos esperando respuestas claras sobre esta situación tan complicada.
