Cuatro razones (científicas) por las que SIEMPRE debes orinar mientras te duchas
¿Orinas mientras te duchas? ¿No? Pues deberías hacerlo.
Aún recuerdo cuando, hace ya algunos años, la presentadora de “Gran Hermano”, Mercedes Milá, reconocía que meaba en la ducha. El revuelo que se montó por las declaraciones duraron semanas, como si nadie nunca hubiera orinado mientras se duchaba con agua bien calentita. Todos muy dignos.
Pero ya no hace falta que finjas más. Te traemos unas razones de peso que podrás usar cuando digas en una cena de Nochebuena que meas en la ducha y que tu abuelo no te mire con mala cara.
Want to save the planet? You'd better start peeing in the shower ? https://t.co/i1ASxGX1oJ pic.twitter.com/vCVBUIR7ww
— UPROXX (@UPROXX) May 27, 2016
1. Salva a tu planeta.
La Agencia de Protección del Medio Ambiente lo deja claro, cada vez que utilizas de la cadena del váter gastas 5 litros. Y, según MIC, esos 5 litros de agua gastados por orinar en el baño representan el 27% del agua que se gasta en Estados Unidos al año.
RT @Society4Science: Should you pee on a wound to clean it out? No. http://t.co/YaBgO86ZBM/s/C6sV pic.twitter.com/son0aGp0lP/s/ZBWm
— Steve Maroulis (@sjmaru) June 20, 2014
2. El mejor desinfectante.
La orina es uno de los mejores desinfectantes que existen. Y no sólo limpia la herida, sino que también relaja los tejidos y alivia el dolor. Si te has hecho una herida, no te cortes, métete en la ducha y déjate llevar.
3. Protege tu piel.
La orina es muy beneficiosa para la piel, y la protege de muchas enfermedades, como la psoriasis y los eccemas. Uno de sus principales componentes es la urea, que se utiliza en muchas cremas de grandes marcas y en las que te gastas un dineral.
#Athlete’s #Foot is caused by a fungal infection on the skin of the foot. Read more: https://t.co/VKAMTPRNHR pic.twitter.com/l3GViwSGrB
— Diagnostic Foot (@Diagnostic_Foot) May 6, 2016
4. FUERA HONGOS.
En caso de padecer hongos en los pies (si usas duchas como las del gimnasio utiliza siempre chanclas) un buen método es aplicarte compresas con tu propia orina por las noches. Aunque suene bastante asqueroso, te prometemos que después de unas semanas los resultados te van a dejar con la boca abierta.