Llegando al final de la temporada, es hora de hacer balance y buscar las causas de un año muy lejos de las expectativas. Un año que se preveía de continuidad con la temporada del doblete y la llegada de Mbappé. Y que se ha tornado en frustración para el club y los aficionados.
El Real Madrid optaba a siete títulos, y por ahora ha ganado dos finales, Supercopa de Europa e Intercontinental. Pero también ha perdido otras dos, Supercopa de España y Copa del Rey ante el Barça. Ha realizado una mala campaña en Champions, salvo contra el City, y ha sido eliminado en cuartos ante el Arsenal. Y aún queda una Liga muy complicada y un Mundial de Clubes que parece ser de la próxima temporada al ser ya en junio.
Los datos que dejan en mal lugar al banquillo blanco
Entre las posibles causas que explican la pobre temporada del equipo están las lesiones, la ausencia de fichajes o el cambio de sistema. La plantilla no ha terminado de acoplarse a la llegada de Mbappé y se ha resentido a nivel defensivo. Sin embargo, hay un detalle que había pasado por alto, y que también explica en parte el mal año del equipo.
A pesar de tener sobre el campo a Mbappé, Vinicius, Rodrygo y Bellingham, el equipo ha echado en falta un delantero. El año pasado una de las figuras claves del año fue la aportación de Joselu Mato desde el banquillo. No obstante, este año el banquillo del Real Madrid ha sido una auténtica sequía de goles.
Así, según datos del diario AS, esta temporada el banquillo tan solo ha aportado 12 goles esta campaña. Un dato que se agrava aún más en Liga, con solo 4 de los 66 goles del equipo hasta esta jornada. Estos datos le colocan como el peor banquillo de toda LaLiga. Y si lo comparamos con el resto de Europa, tan solo seis equipos lo empeoran. Sin duda, unos datos que ayudan a explicar la pobre campaña del conjunto de Carlo Ancelotti, al menos en parte.