Madres que están hasta el potorro de las guarreridas de sus hijas y las dejan en ridículo
Las madres, esas sufridoras que siempre están pendientes de nosotros y que nos soportan todas nuestras meteduras de pata.
Todos hemos pasado unos años, algunos no los superan nunca, donde no nos aguanta nadie. La edad del pavo, la llaman.
¿Y quién está ahí cuando nadie más lo está? ¿Quién escucha tus desengaños amorosos? ¿Quién te quiere aunque seas insoportable? Exacto, tu madre.
El amor de una madre es incondicional, aunque a veces lo ponemos a prueba. Infinita paciencia tienen con nosotros.
Y aquí tienes un ejemplo de una madre que está “hasta el mismísimo” de las ocurrencias de su hija. Como lo estuvo la nuestra en algún momento de nuestra adolescencia.